Hace un par de años escribí un artículo con mis colegas Juan Carlos Foong y Oscar Miranda, denominado “Manipulación ideológica en redes sociales: acoso, engaño y violencia”. En éste exploramos cómo la inteligencia artificial (IA) y los bots podían influir en la formación de identidades y la diseminación de mensajes ideológicos en las redes sociales. La IA estaba siendo utilizada para apalancarse en la identidad del usuario y generar un espejo identitario atractivo para ellos, lo que podía llevar a una rápida formación de identidad y alineación grupal.
Además, el artículo destacaba cómo las plataformas digitales como Twitter –ahora X– podían ser utilizadas para difundir mensajes ideológicos y polarizar a la población. Los líderes de opinión y celebridades podían utilizar estas plataformas para amplificar sus mensajes y generar una identidad política que les beneficiaba directamente. Esto podía llevar a una mercantilización ideológica, donde la ideología política se podía transformar en un producto para venta y consumo.
Hoy, dos años después, observamos que lo único que ha cambiado es el nivel de sofisticación de la tecnología y el refinamiento de herramientas que utilizan inteligencia artificial generativa. La manipulación ideológica en redes sociales sigue siendo un problema significativo, ya que la IA está siendo utilizada para influir en la formación de identidades y la diseminación de mensajes ideológicos con cierto impacto en la cultura. Nuevamente encontramos manipulación de la opinión a través de las herramientas digitales (redes sociales) en las recientes elecciones federales de México. En el Observatorio de Medios Digitales del Tecnológico de Monterrey identificamos numerosos ejemplos de estas formas de manipulación a favor o en contra de las diferentes instituciones políticas.
Las redes sociales han sido ampliamente utilizadas para influir en la formación de opiniones y la toma de decisiones políticas. La manipulación ha sido llevada a cabo a través de la difusión deliberada de contenidos falsos o de dudosa calidad, la creación de cuentas falsas y automatizadas (bots), y la utilización de algoritmos que sesgan la información y crean “burbujas de filtro” que refuerzan argumentos similares. Las burbujas de filtro son un fenómeno en el que las plataformas de redes sociales y motores de búsqueda utilizan algoritmos para presentarnos contenido personalizado basado en nuestros intereses, opiniones y comportamientos pasados.
Las plataformas digitales, como Twitter (ahora X), Facebook, e incluso TikTok han sido utilizadas para difundir mensajes ideológicos y polarizar a la población. Los líderes de opinión y celebridades pueden utilizar estas plataformas para amplificar sus mensajes y generar una identidad política que les beneficia directamente.
La manipulación de la opinión a través de las redes sociales es realmente peligrosa, ya que puede influir en la percepción ciudadana y afectar la confianza en los sistemas democráticos. Las autoridades, las instituciones educativas y de la sociedad civil, y los medios debieran ocuparse más de adoptar un rol activo para garantizar la calidad de la información y combatir la desinformación. Resulta cada vez más necesario un nuevo alfabetismo mediático e informacional que contemple a las nuevas tecnologías que aparecen en el entorno.