Fahrenheit 451 Una nueva reseña presentada por María de Lourdes Huerta López para el curso de Diseño y Producción de Medios Interactivos del programa de Comunicación y Medios Digitales del Tecnológico de Monterrey.
“Fahrenheit 451: la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde” (Fahrenheit 451, Bradbury: pág. 03)
Una utopía horrorosa y apocalíptica es lo que nos presenta el autor Ray Bradbury en su obra de ciencia ficción, Fahrenheit 451, donde nos describe una sociedad apática, retraída, alejada del conocimiento y carente de felicidad. Presenta un futuro no muy lejano, donde Guy Montag, un hombre cercado por su propia ignorancia, trabaja junto con un cuerpo de bomberos provocando incendios en lugar de apagarlos, con la finalidad de acabar con los libros reduciendo en cenizas hasta la última página que esté en sus manos, ya que se encuentran prohibidos por el nuevo orden de la sociedad. Dentro de esta ficción, la población es constantemente bombardeada con propaganda, anuncios publicitarios y sometida a un continuo consumo televisivo. A pesar de eso, el personaje principal, “Guy Montag”, comienza a cuestionarse sobre el comportamiento de la sociedad aparentemente feliz a la que sirve e intrigado por sus dudas roba un libro protegiéndolo de ser destruido, el cual con miedo y ansias lee, logrando cambiarlo para siempre.
En su estructura el libro está compuesto por un suspenso que nos envuelve como lector, recordándonos historias de misterio. Es una historia en donde existe un cuestionamiento continuo, llevándonos a la búsqueda por el mismo. Sin embargo, nuestra respuesta nos lleva a un dilema contradictorio entre la moral y lo que dicta la misma sociedad. El autor nos lleva por una confrontación entre el personaje principal y las autoridades, oponiéndose a su poder y su ideología. Siguiendo la misma línea de misterio se logra así el clímax de la obra cuando, Guy Montag, comete un asesinato y es perseguido como un rebelde contra el sistema, culminando con la desaparición de la sociedad y formando una nueva.
Sin duda alguna, el autor critica a la sociedad, y a la misma tecnología a través de la falta de interés por la filosofía, política e incluso literatura demostrando su continuo apego hacia la televisión y falta de empatía con los demás. Bradbury hace énfasis en la proyección de una comunidad enferma de banalidad y conformismo, que vive en comodidad pero no son felices. De esta forma dentro de la obra se presentan tres aspectos fundamentales sobre esta distopía, es decir, una sociedad futura hiper-tecnológica y totalitaria. La ignorancia, la censura y la tecnología son factores en los cuales la obra gira para expresar un control extremo en crítica al consumismo.
La ignorancia, por su parte, se posiciona en el libro mediante un intelectualismo llevado al límite por una sociedad orientada a no pensar pretendiendo de este modo llegar al camino hacia la felicidad, expresado así un desprecio por el conocimiento en muchos de los personajes a lo largo de la trama. De este modo el autor utiliza dos personajes contrastantes para guiar a Montag en su disputa y cuestionamiento sobre el saber y la curiosidad. “Clarissee” es una niña de 17 años quien simboliza la libertad, en contraste con el totalitarismo que reina en la sociedad, y transmite la importancia de la naturaleza, en contraste con el exceso de tecnología existente en su mundo. Por otro lado, el personaje del “Capitán Beatty” es un hombre culto que aparentaba haber leído muchos libros, sin embargo, regido por el control y el orden golpea moralmente a Montag apoyando al sistema autoritario.
[Clarisse] “-Ríe sin que yo haya dicho nada gracioso, y contesta inmediatamente. Nunca se detiene a pensar en lo que le preguntó. ” (Fahrenheit 451, Bradbury: pág. 18)
[Beatty] “La mente del hombre gira tan aprisa […] que la fuerza centrífuga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una pérdida de tiempo.” (Fahrenheit 451, Bradbury: pág. 29)
Así mismo el autor presenta la censura por medio del control, una forma de autoridad para oprimir el cuestionamiento y pensamiento de la sociedad. ¿Podríamos imaginar un mundo donde no existieran bibliotecas o incluso un solo libro?; una pregunta que el autor implementó dentro de la obra, sustituyendo la práctica de la lectura por el entretenimiento televisivo. Más allá de la ficción hoy en día los medios masivos de comunicación fungen como distractor de las masas, consumiendo publicidad e ideologías, considerándolo un instrumento que busca adormecer las opiniones de las personas, atrayendo al público consumista.
Llevado a un punto extremista Bradbury, referente a la tecnología, expone la posibilidad de que el hombre y su entorno llegue a estar tan mecanizado que se deshumanice y el hombre pierda el interés por conocer algo más allá́ de su entorno y de la tecnología que le rodea. Esencialmente, el autor trata de transmitir un peligro inminente de que un exceso de tecnología termine por deshumanizarnos. Dentro de la obra la televisión y la radio representan artilugios que impiden la comunicación y el contacto con las personas creando una falsa idea de vida social. Como lo es día a día para Mildred, la esposa de Montag, una mujer la cual no tiene idea de lo que sucede a su alrededor y es en extremo consumidora. Vive inmersa en un salón rodeada de pantallas de televisión, despreocupándose por la atención de su marido. Así mismo para este personaje la interacción con estos medios tecnológicos va más allá de algo artificial puesto que habla con los personajes que aparecen en pantalla, llegando a asociar al televisor con su familia.
“-Nadie escucha ya. No puedo hablar a las paredes porque éstas están chillándome a mí. No puedo hablar con mi esposa, porque ella escucha a las paredes. Sólo quiero alguien que oiga lo que tengo que decir.” (Fahrenheit 451, Bradbury: pág. 92)
La tecnología es criticada en la obra por constituir el medio que permite mantener a los ciudadanos atrapados en una telaraña absurda donde el ocio de las personas se ha plagado de películas vacías y repetitivas, de espectáculos como reality shows y retransmisiones deportivas. La tecnología hace hincapié en la velocidad, una rapidez con la que tenemos que vivir la vida, siempre deprisa, moviéndose continuamente, de manera que nadie tenga tiempo para pensar. No hay tampoco lugar para el dolor. La muerte no se ve ni se siente, no se llora por nadie ni hay lugar para los sentimientos. Nuestra única familia es la que te habla directamente desde la pantalla, mientras permaneces sentado en tu sala de estar como Mildred.
“Bueno, ¿no existía una muralla entre él y Mildred pensándolo bien? Literalmente, no sólo un muro, sino tres, en realidad. […] y los tíos, las tías, los primos, las sobrinas, los sobrinos que vivían en aquellas paredes, […] no decían nada, […] llegara cuando llegara, allí estaba Mildred, en la sala de estar, escuchando cómo las paredes le hablaban. ” (Fahrenheit 451, Bradbury: pág. 54)
Comparándolo con la actualidad esta perspectiva de “vida social” la podemos encontrar reflejada con las redes sociales como Facebook, la cual tiene más de 1000 millones de usuarios. Al igual que el personaje de Mildred las redes sociales se apoderan de la sociedad, incluso siendo estas su principal medio de comunicación y entretenimiento. A través de ellas se crea una interacción con personas del otro lado del ordenador, se agregan etiquetas a través de estados, fotos, comentarios o mensajes en nuestros perfiles o el de un amigo. Sin contar con privacidad, la información personal de cada persona está expuesta al público. De este modo mantiene similitud con el “Sabueso” la fuerza mecánica e inhumana que persigue al hombre y lo acecha.
Por otro lado, dentro del libro se expone la crítica a la pasividad de la actividad de ver televisión, ya que nos sobreestimula, por lo que somos incapaces de analizar y criticar todo lo que dice antes de procesarlo y asumirlo. Asimilando con el constante ataque a través de las redes sociales a todo público o incluso recibir información con falta de veracidad.
Por lo tanto, el autor hace énfasis en la continua ausencia del contacto con nuestro alrededor produce como consecuencia una deshumanización ocasionada de igual modo por la tecnología; se produce un fuerte individualismo, que se refleja en la total falta de empatía hacia el resto de seres humanos y en una radical devaluación de la vida humana.
[Clarisse] “Temo a los jóvenes de mi edad. Se matan mutuamente. ¿Siempre ha sido así? Mi tío dice que no. Sólo en el último año, seis de mis compañeros han muerto por disparo. Otros diez han muerto en accidente de automóvil.” (Fahrenheit 451, Bradbury: pág. 40)
Por último el autor nos permite arrojarnos la interrogante fundamental de ¿por qué los libros son una amenaza para la sociedad? Aquí se introduce “Faber” un antiguo profesor de literatura, quien enseña a Montag la importancia de los libros, ya que no es al libro al que le temen sino a lo que hay en él. Los libros nos muestran los detalles, nos hacen imaginar y nos cuestionan. Por eso para una sociedad que no tiene recuerdos ni cultura, al resurgir de las cenizas como el fénix serán los intelectuales hombres – libro quienes les recordarán quiénes son.
“-Los libros sólo eran un tipo de receptáculo donde almacenábamos una serie de cosas que temíamos olvidar. No hay nada mágico en ellos. La magia sólo está en lo que dicen los libros, en cómo unían los diversos aspectos del Universo hasta formar un conjunto para nosotros.” (Fahrenheit 451, Bradbury: pág. 92)
Fahrenheit 451 es un libro que nos hace reflexionar sobre los temores de una sociedad futurista la cual atraviesa por una revolución tecnológica y pérdida de conocimientos. Nos muestra contrastes ideológicos y a través de metáforas nos incita a cuestionarnos sobre la libertad, el control, la censura y el uso excesivo y poder de la tecnología en nuestras sociedades.
Bibliografía
Bradbury, R,. (1953). Farenheit 451. México: Editorial Debolsillo, sexta edición.